Este nutriente, la vitamina B12 que se encuentra en productos de origen animal, cumple un papel importante en el crecimiento de los pequeños
La falta de vitamina B12 puede estar detrás del bajo rendimiento cognitivo de los niños y niñas que viven en países en vías de desarrollo, donde el consumo de carne, leche, huevos, queso y otras fuentes de la sustancia suelen ser limitadas. La conclusión viene del instituto de investigación noruego Uni Research.
Científicos de este centro académico se basaron en muestras provenientes de Asia para recoger la sangre de 500 bebés nacidos en Nepal. Cinco años después, regresaron a hacer pruebas con 320 de estos pequeños voluntarios con el fin de obtener una nueva muestra y realizar pruebas que evaluarán el funcionamiento de las neuronas.
Para sorpresa de los estudiosos, las tasas de vitamina B12 de esta clase no eran de las peores — pero aún así estaban por debajo del mínimo recomendado. Por encima de eso, los niños con mayor carencia de este nutriente presentaban dificultad para realizar tareas básicas, como armar un rompecabezas y reconocer letras y formas geométricas, entre otras tareas de orden cognitivo.
Claro que otras cuestiones que entran en juego en el desarrollo cognitivo infantil — como la oferta de profesores y pediatras entrenados. Pero es muy plausible que el aporte adecuado de vitamina B12, al estimular el cerebro, contribuye en el desarrollo cognitivo.
Es a partir de la pre-adolescencia que la presencia del nutriente en cuestión es prescindible, y no antes. Por el contrario: en dosis adecuadas, la vitamina B12 aumenta la cantidad de células nerviosas y favorece la comunicación entre ellas. Por lo tanto, se debe prestar atención a la discapacidad de la sustancia — principalmente entre los vegetarianos o veganos, que pueden no contar con buenas fuentes de vitamina B12.