El agua de hamamelis puedes adquirirlo en prácticamente todas las farmacias ya preparada, pero igualmente puedes hacerla en casa de forma más natural y tan solo preparando una infusión con las hojas de la planta. Tanto su sabor como su aroma son agradables, lo que facilita su uso o consumo en el formato que sea. El agua de hamamelis es más conocida por la gran cantidad de taninos y flavonoides que contiene, con lo cual es un producto natural con propiedades hemostáticas, antiinflamatorias, astringentes y antisépticas entre otras. Por ello suele usarse más comúnmente para tratar los problemas circulatorios de cualquier índole, aunque también es eficaz por este motivo para otros usos más estéticos.
Propiedades del agua de hamamelis
El agua de hamamelis es rica en taninos que aplican unos claros beneficios sobre los vasos sanguíneos así como los capilares y venas de todo nuestro cuerpo, así es capaz de mejorar la circulación sanguínea y con ello tratar problemas como las varices. En cuanto a su alto contenido en flavonoides, estos se encargan de garantizar una buena salud y resistencia en los capilares con lo cual favorece la hidratación de la piel. Estas propiedades son igualmente aplicables al tratamiento contra la celulitis y las acumulaciones de grasa en nuestro cuerpo, con lo cual nos ayuda a conseguir esa figura que tanto deseamos.
Contraindicaciones del agua de hamamelis
El agua de hamamelis siendo un producto natural muy usado, presenta pocas contraindicaciones que de todas formas deben ser tenidas en cuenta. Debido a la gran cantidad de taninos existentes en esta planta, la mucosa gástrica puede terminar irritándose por falta de moderación en su consumo pero esto se puede remediar si añadimos un poco de malvavisco. Para aquellas personas con problemas gástricos como la ulcera gastroduodenal, lo más recomendable es no tratarse con el agua de hamamelis ya que podría empeorar el problema de la ulcera debido a los cambios en la mucosa gástrica que podrían desencadenarse.