La reciproca relación entre comer y sentir, o cómo nos sentimos al momento de alimentarnos y cómo lo que consumimos delata nuestro sentir, se pone de manifiesto en lo que se conoce como psicología de la alimentación.
Esta rama de la piscología busca unir dos aspectos fundamentales de la vida humana para que redunden en la salud. Aunque cueste trabajo creerlo, el comportamiento psicológico de los individuos define su fuerza de voluntad para continuar una dieta que, en el mejor de los casos puede ser por un tema de imagen, pero que en otras ocasiones urge para controlar casos de obesidad o sobrepeso.
Ahora, además de apetitosa y saludable, la comida debe ser creativa y apta para los sentidos. De allí que existen algunas técnicas que los especialistas usan para dirigir a los individuos hacia una alimentación sana.
Disfrute cada bocado sin prisa. Masticar los alimentos de forma placentera y no apresuradamente le hará tener conciencia de sus necesidades nutricionales. Si lo que hace es solo tragar los alimentos perderá el control e insistirá en ingerir alimentos pesados y altos en grasas.
Alimentación emocional. Existen personas que les cuesta seguir un plan dietético por razones emocionales como falta de motivación, objetivos irreales, baja autoestima. De allí que deben buscar mecanismos que las alejen de estos estados de ánimo, pues son más propensas a ingerir alimentos grasos.
Depresión y estrésLa razón por la que los individuos con depresión o problemas emocionales buscan calmar su estado de ánimo con comida, es porque muchos alimentos incluyen la serotonina que causa efectos negativos como tristeza, angustia o irritabilidad.
Nutra los sentidos. Vea los alimentos que va a ingerir cuando los compra y experimente con el olfato para saber si le agrada, qué recuerdos le evoca, ¿son parte de su familia esas frutas o verduras? Al momento de degustar evite condimentar excesivamente los alimentos, pues le oculten su sabor primigenio.
Comer es una experiencia para sentir. Busque su manera para degustar los sabores, las texturas y la temperatura de los alimentos; no permita que su estado de ánimo la distraiga de su meta nutricional: cuerpo y mente sana.