Las
vitaminas son esenciales para la vida ya que promueven un correcto funcionamiento del cuerpo a nivel general. Existen diferentes tipos de vitaminas y se clasifican en dos grupos, las vitaminas liposolubles y las vitaminas hidrosolubles. Las vitaminas liposolubles suelen encontrarse en los alimentos que contienen grasa y a este grupo corresponden las familias de vitaminas A, D, E y K. Estas vitaminas se almacenan en el hígado y en la grasa del cuerpo, por lo cual no resulta necesario que se consuman de forma diaria. Además, este tipo de vitaminas pueden resultar toxicas si consumimos una cantidad exagerada de ellas, un equivalente a 10 veces la dosis recomendada. Es un error común que los deportistas tomen complejos vitamínicos a pesar de tener una dieta equilibrada. Las vitamina hidrosolubles como la vitamina B1 (tiamina), B2 (riboflavina), B3 (niacina), B5 (ácido pantotenico), B6 (piridoxina), B8 (biotina), B9 (ácido fólico), B12 (cianocobalamina) y la vitamina C, se disuelven fácilmente en el agua por lo cual no pueden ser almacenadas y por tanto es recomendable consumirlas de forma habitual. No soportan bien el calor, por lo que al cocinar los alimentos se destruyen la gran mayoría de ellas. Además, no se almacenan en el organismo debido a que contienen nitrógeno en sus moléculas.
La importancia de las vitaminas
Los alimentos con más vitaminas deben estar en nuestra dieta habitual porque son realmente importantes. Sus carencias pueden llegar a provocar la muerte inevitablemente y como nuestro cuerpo no puede fabricar por sí mismo la gran mayoría de ellas, es importante que consumamos los alimentos con más vitaminas para evitar tener carencias de algunas de ellas. Gracias a las vitaminas podemos gozar de una salud de hierro y evitar que desarrollemos serias enfermedades que podrían complicarse a medida que envejecemos. Estos nutrientes actúan como un catalizador de los procesos fisiológicos vitales que nuestro cuerpo realiza constantemente a lo largo de nuestra vida. Los requisitos que nuestro cuerpo pide al día de vitaminas, no son necesariamente altos y con unas pequeñas dosis obtenidas a través de los alimentos, conseguimos alcanzar dicho requisito sin problemas. Cada grupo de vitaminas está destinada a garantizar el funcionamiento correcto de determinadas zonas de nuestro cuerpo y evitar que caigamos enfermos. Aunque mantener un consumo equilibrado de vitaminas parece una tarea sencilla, en ocasiones puede ocurrir que tengamos deficiencia de vitaminas lo cual se denomina avitaminosis y por otro lado, puede ocurrir que tengamos un nivel excesivo de vitaminas que se conoce con el nombre de hipervitaminosis. Lo ideal es que consumamos alimentos con gran cantidad de vitaminas para conseguir un buen equilibrio que será muy beneficioso para nuestra salud y nuestro futuro.
Alimentos con más vitaminas
Los alimentos con más vitaminas suelen ser variados ya que se destacan por contener un tipo de vitamina en mayor cantidad que otros nutrientes. Por ejemplo la vitamina C la podemos encontrar en altas cantidades en la acerola, la cual contiene 1600 mg de dicha vitamina por cada 100 gramos de dicha fruta. La gran parte de los frutos cítricos son ricos en vitamina C, pero también algunas verduras como las espinacas o los pimientos. La vitamina B1 se encuentra fácilmente en la carne de cerdo, el hígado, los riñones, el corazón y en los cereales, además de los frutos secos. La vitamina B2 se encuentra sobre todo en carnes y lácteos, además de algunos vegetales de hoja verde. La vitamina B3 se puede encontrar en las carnes blancas y magras, además del pescado azul y algunas verduras como los espárragos. La vitamina B5 se encuentra presente en gran parte de alimentos pero sobretodo en los cereales y los huevos. Los alimentos con vitamina B6 son mayormente aquellos con azucares refinados y algunas carnes. La vitamina B7 está muy presente en carnes y pescados magros, así como en la yema de huevo y en muchas frutas. La vitamina B9 es más habitual en las legumbres y vegetales de hoja verde. En el caso de la vitamina B12, se encuentra en casi todos los alimentos y derivados de la leche. Las vitaminas A, D, E y K se encuentran en la mayoría de las frutas, verduras de hoja verde y en los lácteos de todo tipo.