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Dieta de la zona

Dieta de la zona
« en: 16 de Abril de 2022, 09:05:47 am »

La dieta de la zona se basa principalmente en repartir por porcentajes las cantidades de proteínas, grasas y carbohidratos que consumimos en cada comida, con la intención de buscar un equilibrio perfecto para nuestra salud y para lograr el objetivo de perder peso a una velocidad razonable. Los porcentajes adecuados serian un 40% de carbohidratos, un 30% de proteínas y otro 30% de grasas, unas medidas que ya han sido estudiadas en muchas ocasiones y obteniendo los mejores resultados en comparación con otras dietas. La dieta de la zona se denomina así porque se refiere a que se basa en conseguir también un balance hormonal adecuado a nivel general y que favorece una salud óptima. El creador de la dieta de la zona, es el bioquímico Barry Sears quien ha estudiado a fondo los procesos químicos que se producen en el cuerpo humano y ha sabido descubrir como el consumo de según qué alimentos favorecen los citados procesos más beneficiosos para el cuerpo. Un ejemplo de la teoría de Barry Sears que ha favorecido la creación de esta dieta, es que cuando los niveles de algunas sustancias de nuestro organismo suben o bajan, se pueden producir efectos como la liberación de químicos con efectos parecidos a la aspirina, pero sin los efectos secundarios de la misma. A todo esto se debe añadir que la pérdida de peso al mismo tiempo favorece el aumento de masa muscular.

Dieta de la zona

Alimentos para la dieta de la zona


En cierto modo la dieta de la zona es prácticamente igual que la conocida dieta mediterránea, salvo que en el caso de la primera los alimentos se calculan por bloques y así poder cumplir con el propósito de conseguir consumir los porcentajes indicados en cada comida. Entre los muchos alimentos adecuados para esta dieta podemos encontrar los cereales y los productos integrales que son parte importante de los desayunos. Por otro lado los lácteos como la leche y el queso también son aptos siempre y cuando estos sean bajo en grasa y desnatada respectivamente. En el caso de las verduras, tenemos una amplia gama de alimentos con los que confeccionar un menú saludable, pero se deja más de lado el consumo de verduras verdes y se abre paso al consumo de vegetales crudos en forma de ensalada, a la plancha o asados y siempre haciendo uso de especias, en vez de abusar de la sal. En el caso de los pescados, es habitual el uso de pescado blanco y a poder ser rico en ácidos grasos Omega 3 y Omega 6, los cuales favorecen la salud y un estado óptimo de nuestro organismo, los cuales también deben cocinarse a la plancha o al horno. En el caso de la carne nos encontramos en la misma situación, carnes blancas y en ocasiones magras para complementar las exigencias de la dieta y siempre cocinados evitando el aceite abundante o las frituras. Las frutas son esenciales por sus aportes vitamínicos e incluso hay sitio para productos grasos como el jamón ibérico y por otro lado también hay hueco para los frutos secos.

Beneficios de la dieta de la zona


La dieta de la zona es casi un estilo de vida en el que el equilibrio es la base de una buena alimentación y por tanto de una mejor salud. Entre los muchos beneficios de esta dieta, debemos destacar que es muy recomendada para las personas enfermas de diabetes tipo I y tipo II, porque es capaz de regular la insulina de nuestro organismo. Por otro lado, nos permite perder peso a un ritmo muy aceptable sin pasar hambre ni sentir fatiga por la falta de nutrientes adecuados. Además mejora nuestro rendimiento físico y mantiene sanos nuestra circulación y nuestro corazón. En total se consumen unas mil calorías al día, que aunque puedan parecer escasas es difícil no sentirse saciado en cada comida, además de que se busca el consumo de las proteínas más saludables con el propósito de no sobrecargar los riñones. A pesar de las escasas calorías que se consumen, las necesidades nutricionales de nuestro organismo están totalmente cubiertas. Pero lo mejor de todo es que se trata de una dieta fácil de seguir y que no supone un esfuerzo demasiado grande por lo que te acostumbras rápido a ella.