Uno de los propósitos que siempre nos hacemos cuando termina un año y empieza otro es el mismo: Perder peso. Pero ya sabes que, al cabo de un mes, eso se deja, muchas veces debido a que no se ven resultados y una queda desencantada pues todo el sufrimiento, ejercicio y demás considerabas que merecía una pérdida mayor de peso.
Pero no, no puedes dejarlo. A veces la pérdida de peso no se produce tanto por hacer ejercicio como sí por cambiar la alimentación y los hábitos de vida, algo que nos olvidamos y que puede ser la clave para perder peso más rápidamente.
Por ejemplo, si consumes refrescos con gas, si éstas son dietéticas, o cambias el refresco por agua con gas, estás ahorrando a tu cuerpo 150 calorías, lo que implica que ya vas ganando, porque si multiplicas esas 150 por 30 días del mes, ¿cuántas calorías ahorras?
Otra cosa que podemos sustituir es la leche entera por leche desnatada. Si, ya se que la desnatada es agua, pero eso quiere decir que no tomaremos tanta grasa, y al cuerpo le vendrá mejor. Como lo de sustituir el azúcar por edulcorante (salvo que no puedas hacerlo porque sueles tener el azúcar baja, que puede pasar).
En cuanto al pan, uno de los grandes "enemigos" en las dietas, se ha aclarado que el pan en sí no engorda, sino lo que le pones dentro. Si te puedo decir que es mejor el pan integral y de salvado que el pan normal y que todos ellos son preferibles al pan de sandwich porque engorda más.
Y, por supuesto, un poco de ejercicio físico no viene mal a nadie.