Estás feliz porque estás adelgazando. Es un logro importante pero siempre piensas que hay una sombra a tu alrededor y que, cuando te despistes, o te saltes la dieta un día por algún problema, vas a ganar peso. Es lo que más se teme, el efecto rebote de las dietas. Pero por eso hoy quiero dejarte algunos trucos y consejos para intentar que no recuperes el peso que ya has perdido porque no quieres ni volver a verlo, ¿verdad?
Por eso, aquí van algunos trucos. El primero tiene que ver con la alimentación. Has de comer, no en 10 minutos como algunos pueden pensar, para así ver menos alimentos, sino en un mínimo de 30 minutos, masticando bien la comida (recuerda que has de masticar cada bocado al menos 25 veces). Si, eso hace que te canses más, es normal, pero, ¿a que así puedes comer menos? Porque al sentirnos llenos no vamos a comer y nos acabaremos dejando parte del plato en él. Si después en las horas entre comidas te entra hambre, la fruta o el yogur son tu mejor aliado (pero tampoco te pases con ellos).
Otro truco puede ser el no saltarte ninguna comida. Si, hay que hacer cinco comidas al día, pero no en gran cantidad. El dicho: Desayuna como un rey, almuerza como un noble y cena como un mendigo se puede aplicar aquí. El desayuno algo más fuerte pero a partir de ahí que la comida se vaya reduciendo. De hecho una cena ligera te ayudará más a conciliar el sueño y a no sentirte pesado.
Bebe al menos dos litros de agua. El cuerpo se compone principalmente de agua así que, si le das eso, poco le va a quedar a la comida de espacio. Te sentirás lleno (o embotijado, una de dos). Vigila la retención de líquidos, también puede ser uno de los problemas a la hora del sobrepeso y motivo del peso.